Asegurar es una gran inversión
El clima es totalmente impredecible al igual que sus efectos sobre la producción agrícola. Es necesario prever este riesgo en los proyectos agrarios y recurrir al aseguramiento de las cosechas.
Como resultado del calentamiento global la inestabilidad climática ha incrementado. De acuerdo con el International Disaster Database (OFDA/CRED), los desastres naturales reportados en el mundo han crecido significativamente y de manera sostenida en el último siglo. La magnitud del impacto climático es inmensa. Recordemos por ejemplo que Estados Unidos enfrentó el año pasado una sequía que afectó el 78% de la producción de maíz. Ahora bien, Colombia, por encontrarse en el trópico, es más vulnerable a los efectos del cambio climático. Las repercuciones de los últimos fenómenos Niño y Niña han sido un claro ejemplo de ello.
Las consecuencias de la variabilidad climática recaen sobre todos. Las disminuciones en la producción agropecuaria se traducen en caídas en el ingreso de los productores, en presiones inflacionarias sobre los alimentos, así como en reducciones considerables en el fisco, pues los estados tienen que salir a conseguir recursos para auxiliar a las personas afectadas.
Es esencial fortalecer los esquemas de administración del riesgo climático. Es inevitable que los productores se enfrenten a estos efectos. La mejor forma de mitigarlos es haciendo una buena administración del riesgo, trasladándoselo a las compañías aseguradoras.
El Gobierno Nacional, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Fasecolda y FINAGRO, vienen adelantando una importante gestión para generar una cultura de prevención y administración del riesgo a través del Seguro Agropecuario. Para ello se han venido comprometiendo recursos para así incentivar la toma de pólizas de seguro por parte de los productores. Hoy en día hay apoyos importantes para la toma de pólizas contra: exceso y déficit de lluvia, granizo, heladas, deslizamiento, avalancha, vientos fuertes e inundación. Además, en la reciente Reforma Tributaria, se redujo el IVA sobre el valor de las pólizas de seguros del 16% al 5%.
Ahora bien, para la profundización del seguro agrario, se requiere también que se fortalezca la oferta competitiva por parte de las compañías aseguradoras y reaseguradoras, y que además éstas vean la gran oportunidad que ofrece el sector rural para extender el seguro agrario y otras líneas de seguros.
Lo primordial para seguir avanzando en la cultura de la prevención y gestión del riesgo es que los productores tomen la decisión de incluir, desde el inicio de la formulación de los proyectos, el aseguramiento. El seguro es una estrategia que busca ante todo preservar el patrimonio de los productores, de tal manera que, en el evento de un siniestro, el productor pueda continuar en su actividad productiva.
Los pasos que se han dado en esta dirección se están materializando. En 2012 el área cultivada asegurada contra variaciones del clima incrementó en 33% y alcanzó las 61 mil hectáreas.
En la generación de la cultura del seguro es muy importante la participación de los productores, los gremios, las compañías aseguradoras y el sistema financiero, que unidos a los recursos y al interés del Gobierno, apunten en la dirección correcta para hacer frente a esta realidad climática.
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