Cajas de compensación familiar tienen plan de acción para el campo

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Las cajas de compensación familiar tienen estructurada en seis frentes su propuesta para transformar el campo colombiano en el escenario del posconflicto, tras la firma de los acuerdos suscritos por el Gobierno y las Farc en La Habana, Cuba.

La Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas) reconoce que el gran reto que tienen sus afiliadas es generar condiciones que permitan construir una sociedad incluyente, que vincule y haga partícipe a los campesinos.

Si el impacto social debe estar orientado no solo al trabajador, sino a su núcleo familiar, las cajas apuestan por acometer programas en seis aspectos: educación, salud, protección, trabajo, nutrición y superación de la pobreza.

Pero para ejecutar las iniciativas es necesario cambiar el modo de ver e interpretar al sector rural, explica la economista Luz Amparo Fonseca Prada: "lo primero que hay que reconocer, es que de cada diez trabajadores que hay en el campo solo cinco trabajan en agricultura, o sea, que la otra mitad está vinculada a comercio, industria o servicios sociales”.

La experta, quien elaboró el estudio "El compromiso de las cajas de compensación familiar con el campo y la paz”, insiste en que el mercado laboral rural se caracteriza por empleos de baja calidad, estacionalidad del empleo y predominan los trabajadores independientes o cuenta propia.

Cada uno de los seis puntos de la propuestas del estudio tiene metas claras. En educación, la idea es llevar a cero el nivel de analfabetismo y para ello se aplicarán modelos educativos flexibles y adecuados a la realidad rural.

Además, se plantea ofrecer atención primaria en salud, planes de salud preventiva y la implementación de un modelo de atención para la población más dispersa.

Otro factor que se tendrá en cuenta es la nutrición y seguridad alimentaria, que se trabajará mediante la promoción de la seguridad alimentaria y la educación en hábitos y hábitat saludable.

Igualmente, se intentará vincular a los trabajadores independientes y con salarios inferiores al mínimo al sistema de seguridad social y lograr su aseguramiento por incapacidad o muerte. Aunado a esto va la formalización de las empresas rurales.

Un desafío transversal

Uno de los retos más grandes de este plan tiene que ver con la superación de pobreza y el desarrollo rural. "Acá es clave la vivienda como eje para mejorar las condiciones de vida”, dice Herber Mantilla, vicepresidente Ejecutivo de Asocajas.

Para el dirigente también resulta imperativo el acceso a los servicios financieros, la promoción de la asociatividad, el impulso a la mayor diversificación de actividades económicas y el impulso al turismo rural, los servicios ambientales, culturales y artísticos, en la zona rural.

"En el campo vamos a usar el modelo de oferta, es decir, buscaremos a las personas, pero el éxito dependerá de que los hogares rurales logren un acceso simultáneo a tres activos básicos: tierra, asistencia técnica y crédito”, puntualiza Fonseca.

Fuente: El Colombiano