Oportunidad: Fondo de capital Seaf invertirá en pymes agrícolas

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Inversiones entre US$3 millones y US$8 millones por compañía planea realizar el fondo de capital Seaf. Busca impulsar pequeñas y medianas agroindustrias.

El que pega primero, pega dos veces, dice un conocido adagio. Y esta es una máxima que llevó a Seaf a convertirse en el primer fondo de capital privado que se instaló en Colombia –en 2004 y hoy operan unos 90–. Ahora busca convertirse en pionero del sector agroindustrial, en momentos en que el país quiere capitalizar las nuevas oportunidades tras el fin de un largo conflicto armado.

Por eso, luego de confirmar los avances en el proceso de paz con la guerrilla de las Farc, a comienzos del año pasado los directivos de Seaf decidieron lanzar el primer fondo que busca invertir capital de crecimiento en pequeñas y medianas empresas del sector de agronegocios del país, bajo el nombre Facs (Fondo Agroempresas Colombia Seaf).

Mauricio Samper, director de Seaf en el país, explica que ya inició la primera etapa de levantamiento de capital, por unos US$60 millones, que se invertirá en compañías "con alto potencial de desarrollo, que estén en etapa de crecimiento, con una trayectoria comprobada, enfocada en la transformación industrial o generación de valor a los productos del campo, buscando sostenibilidad e impacto social al generar triple retorno: financiero, social y ambiental”.

Eso sí, aclara el directivo, el fondo no invertirá en proyectos de producción primaria de bienes o en tierras, pues la idea es participar accionariamente en empresas que ya desarrollan algún tipo de proceso agroindustrial y necesitan crecer, encontrar nuevos mercados en el país o el exterior, mejorar su competitividad o incorporar tecnologías, entre otros temas.

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El impacto social viene por cuenta de las mayores compras que harán a los agricultores estas compañías en las que participará accionariamente Facs, y que aportarán además conocimiento y mejores prácticas para lograr la sostenibilidad ambiental.

Para Samper, Seaf cuenta con una probada experiencia en la transformación de empresas pequeñas y medianas, para llevarlas a otro nivel de productividad y competitividad. En 2004, cuando llegó al país, creó un fondo que le permitió invertir en un grupo de empresas entre las que se destacan la cadena de restaurantes Andrés Carne de Res, Bodytech, Refinancia y Agroaromas. Además de invertir capital para promover el crecimiento de estas compañías, el Fondo aportó en temas de comercialización, mejores prácticas y generación de nuevos contactos.

Diez años después de participar en estas compañías, Seaf procedió con la etapa de desinversión, pues los fondos de capital tienen una metodología que apunta a que durante los cinco primeros años se invierte, se hacen las transformaciones y en los cinco últimos años comienza el proceso de desinversión.

Apuesta al agro

También en el caso de Facs, Seaf busca convertirse en pionero, al invertir en empresas que van a contribuir con el desarrollo del sector agropecuario colombiano. Para Samper, luego de la firma del acuerdo de paz y con la expectativa que está generando el posconflicto, se está allanando el camino para aprovechar el hecho de que Colombia sea considerado uno de los siete países con mayor potencial para convertirse en despensa del mundo.

En el caso de Facs, la apuesta es financiera, pero también por la sostenibilidad y el impacto social. Hasta el momento se ha levantado cerca de un tercio del capital total y se espera que antes de finalizar este año se haya completado la cifra propuesta. El primer inversionista interesado fue Usaid –la agencia de Estados Unidos para el desarrollo internacional–, que aportó US$10 millones para capital y otros US$3 millones en asistencia técnica.

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En el caso de Usaid, no es la primera vez que esta agencia participa en proyectos agropecuarios, pues uno de sus objetivos es generar oportunidades en el sector rural colombiano, que además ha sido muy golpeado por el conflicto armado de más de 50 años. Además de esta entidad, también aportaron dos family office y el propio Seaf realizó un aporte de capital.

Una vez se haya recogido el capital total propuesto para Facs, se estima que habrá recursos para comprar participaciones accionarias en un grupo de entre 6 y 10 empresas pequeñas y medianas de diferentes regiones del país. Hasta el momento, asegura Mauricio Samper, ya se tiene un grupo de 11 compañías que encajan con el perfil de empresas en las que quieren invertir.

De este grupo preliminar, dos están en Antioquia, una en Huila; tres en Cundinamarca, tres en el Valle del Cauca y dos en Santander. Samper explica que está proyectado realizar inversiones de entre US$3 millones y US$6 millones en cada empresa, pero incluso pueden llegar hasta los US$8 millones por empresa, dependiendo de las necesidades que se identifiquen. Ya en una de ellas se adelanta un proceso de due dilligence, pues la idea es que antes de finalizar este año ya esté definida la capitalización en por lo menos dos compañías.

"Típicamente uno puede mirar una determinada empresa y, si vemos un gran potencial de mercado, analizamos por qué no está creciendo, si porque le falta plata para hacer contactos en el país o el exterior, o necesita mejorar su logística, o hay que actualizar la tecnología o se requiere asistencia técnica o mejorar la estrategia, y nosotros entramos a apoyar estos aspectos para que alcance su potencial de crecimiento”, explica Samper.

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¿Qué tipo de empresas hacen parte del foco de Facs? El directivo asegura que son compañías estructuradas, formales y que están en el sector agroindustrial; es decir, que van un paso adelante del cultivo básico. En este grupo entran aquellas que se dedican a producir, pero al mismo tiempo hacen desarrollos de presentaciones, procesamiento de pulpas, fabrican jugos, empacan alimentos listos para el retail o desarrollan algún tipo de proceso con valor agregado.

Para el fondo, participar en agronegocios representa una gran oportunidad, porque en el mundo la oferta y demanda global de alimentos presenta un desequilibrio que al mismo tiempo se convierte en una gran oportunidad. Se estima que para 2050 habrá 9.700 millones de habitantes y la producción de alimentos en el mundo tendrá que crecer 60% para alimentar esta población, que adicionalmente tendrá un mayor poder adquisitivo.

"Además de un mayor consumo de alimentos per cápita, se esperan cambios en los hábitos de consumo hacia dietas más saludables y de mayor sostenibilidad ambiental”, y en este sentido se espera que la producción de alimentos provenga de una mayor productividad o, incluso, de la expansión de la frontera agrícola.

En este nuevo escenario de oportunidades, Colombia tendrá un papel preponderante, siempre y cuando se invierta mejor en el aprovisionamiento de bienes públicos, fortalecimiento de la infraestructura y mejoras en la producción en el campo. Lograr que los productores agropecuarios cambien su modelo hacia empresas sostenibles y rentables y fortalecer los negocios son pasos obligados. Un desafío en el que el capital privado está listo para hacer su aporte.

Fuente: Dinero